lunes, 4 de abril de 2016

CRÍTICA




SLIMTIME






Este corto trata de una señora que acude a un centro de adelgazamiento milagroso y es acompañada por su marido.El esposo, cuando su mujer se adentra, comienza a fisgonear y acaba dentro de la zona de tratamiento.Observa cómo a base de tratamientos, las mujeres acaban siendo todas iguales. Así que decide sabotear el tratamiento de su mujer.
Ella sale feliz, con autoestima y confiada de ser una mujer delgada, no como al inicio del corto, que se veía a una mujer amargada y borde.
Su marido la quiere como es y por eso sabotea el tratamiento.


Aquí, se puede apreciar el ideal de belleza que se nos impone, delagadas, finas, femeninas, siempre perfectas, maquilladas, depiladas,etc y al final todas iguales. Eso, bajo mi punto de vista, no es más que un signo más de machismo y de estar anclados en el pasado, donde la mujer simplemente tenía una función figurativa.

Hoy la mujer es muchísimo más que eso, es lo que ella desee ser.
Puede que aún existan mujeres esclavas de la imagen y del físico, claro que las hay, pero en realidad no importa si te maquillas, peinas y vas perfecta si lo haces para ti, para sentirte feliz y que esto jamás sea tu prioridad, por supuesto.

Pienso que tanto la mujer como el hombre, tienen que aceptarse, amarse y amar y ser feliz el máximo tiempo posible. Por tanto, para mí, una imagen, una primera impresión, nunca es importante, es necesario conocer qué lleva dentro esa persona, qué puede aportarte, qué millones de momentos felices podrían darte tantas personas si no juzgásemos anticipadamente ¿verdad?.
Déjate llevar por las vibraciones que cada persona te transmita y no por su aspecto.
La vida se reduce a momentos de felicidad bastante efímeros y posiblemente algunos de ellos los pierdas preparándote para tenerlos.
Los prejuicios son uno de los cánceres de toda sociedad, no debemos dejar guiarnos por ellos, sería un error.Por ello se tu mismo/a sin miedo a prejuicios, los que te juzguen son los desafortunados, no tu, pues ellos serán unos frustrados toda su vida por miedo a los mismos prejuicios que ellos tienen.

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